Lo que dictaminó el comité nombrado por los Reyes de España Fernando e Isabel para evaluar el proyecto de Cristobal Colón de cruzar el Océano Atlántico fue una conclusión muy equivocada.
El dictamen fue el siguiente: "Varios siglos después de la creación es muy improbable que alguien pueda descubrir nuevas tierras que tengan algún valor". Eso sucedió en el año 1486, cuando se estudió en la corte real el proyecto por primera vez.
La gente que formaba ese comité disponía de los mayores conocimientos científicos de la época. No eran unos iletrados. Lo que demuestra eso es el ambiente al que tenía que enfrentarse el gran navegante.
Después del descubrimiento se han barajado montones de hipótesis sobre si ya alguien había ido a América, si había mapas secretos, etc. Pero la realidad es que en aquellos tiempos se consideraba que todo lo que había en el mundo ya era conocido y que lanzarse a cruzar un Océano en un barco era un suicidio.
Colón tenía un instinto natural para navegar. Estaba dotado para ello y conocía muy bien las técnicas disponibles hasta entonces que no eran muchas. Pero sabía exprimirlas al máximo. Con procedimientos rudimentarios sabía situarse bastante bien, algo fundamental a la hora de navegar en mares abiertos.