Los hidalgos en la época de Colón-Enigmas de Colón
Otros enigmas de Colón
Este podría ser el verdadero rostro de Cristóbal Colón. Hecho por un copista sobre un pergamino que era copia de un documento que el navegante le había encargado.

Hay muchos cuadros de Colón pero todos fueron pintados después de su fallecimiento y son recreaciones de los pintores, basándose en las descripciones que cronistas de la época hicieron de su aspecto físico:

Para saber más, pulsar el enlace: ROSTRO DE COLÓN
Esta podria ser la primera isla visitada (pisada) por Cristóbal Colón. Aunque no hay certeza absoluta, por las descripciones que hace el Almirante en su Diario de a bordo, parece que es la que más encaja, dentro de las Islas de las Bahamas. 

En ella fue recibido por una tribu de indígenas taínos. Los taínos mostraron su temor a Colón desde el principio por la existencia de indios Caribes, que eran caníbales. Pero Colón minusvaloró esa amenaza.

Para saber más, pulsar en: PRIMERA ISLA VISITADA POR COLÓN

Los hidalgos en la época de Colón


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Veamos como eran los hidalgos en la época de Colón, que tantos problemas le causaron. Muchos de los hidalgos que viajaron a tierras americanas acabaron enfrentados con Colón. Cuando España comenzó la reconquista de los territorios ocupados por la invasión islámica, ello conllevó continuas luchas y batallas. Allí, en el combate, se ganaba la nobleza.

Cuando se recuperaban terrenos a los invasores, se ocupaban por cristianos. Eran terrenos fronterizos, hasta que se pudiera avanzar en la reconquista y quedaran en la retaguardia más consolidados. Eran gestionados o gobernados por los caballeros destacados en la guerra. A los hijos de esos caballeros ennoblecidos comenzaron a llamarles infanzones o hidalgos, que quería significar “hijos de” alguien notable”.

A partir del siglo X, esa nobleza o hidalguía sólo se podía transmitir por herencia. Era conocida como nobles o hidalgos de sangre. Pero como aún quedaba mucho territorio por conquistar, aún eran precisos muchos hechos de armas y aún se podía alcanzar la nobleza en el campo de batalla. Esos eran los conocidos como nobles o hidalgos de privilegio.

Los hidalgos, nobles o infanzones tenían derechos y deberes diferentes al resto de mortales. Estaban exentos de pagar impuestos y autorizados al uso de las armas. Debían acudir al combate cuando se les requiriera por parte del Rey o del señor feudal de su región. La justicia además era especial para los hidalgos.

Cuando un noble se instalaba como gobernador de un terreno conquistado, su descendencia era noble de sangre. Pero la heredad solía ser para el hijo mayor y el resto apenas quedaban con posesiones. O sea, unos eran los condes y duques que administraban territorios y otros los hidalgos sin posesiones. Empezaron a abundar los hidalgos sin herencia. Seguían perteneciendo a una casta especial pero no disponían de tierras o propiedades o al menos, no de forma significativa.

Además, los Reyes empezaron a dar concesiones globales en ciertas zonas como Asturias, Santander o País Vasco. De forma que poblaciones enteras tuvieron el estatus de hidalgos. En el País Vasco llegó a concederse en el siglo XIV, antes del descubrimiento de América, la hidalguía a toda la población, con lo que entre otras cosas no tenían que pagar impuestos a la Corona.

Las concesiones masivas de hidalguía fueron motivadas en su mayoría por la guerra civil que asoló Castilla  en la lucha por el trono. La Reina Isabel se tuvo que enfrentar a la candidata conocida como La Beltraneja, apoyada por Portugal. Una forma que tuvo la Reina Isabel de ganarse partidarios fue la concesión masiva de hidalguía a territorios enteros como he descrito antes.

En realidad fue un despropósito que llenó a España de hidalgos. Los que lo eran por lugar de nacimiento con motivo de esas concesiones masivas se conocían como hidalgos de universalidad, para diferenciarlos de los de sangre y los de privilegio.

Total que en los tiempos de Colón había millares y millares de gente que era hidalga. Desdeñaban los trabajos manuales y aunque vivieran algunos rozando la miseria, su mentalidad era de noble feudal.

Cuando  Colón regresó de su primer viaje de cruzar el Atlántico y habló de oro y de mujeres desnudas, así como de tierras maravillosas, montones de hidalgos  se apuntaron al segundo viaje. En total unas mil trescientas personas en 17 buques partieron en dicha segunda travesía.

Cuando llegaron a la Isla Española, Colón les aprestó a las tareas de construir una ciudad, La Isabela. Y ahí empezaron los problemas. Los hidalgos no querían dar ni golpe. La idea de la mayoría es que ellos habían ido allí para hacer fortuna con el oro y para holgar con las mujeres. Y que trabajasen los otros colonos que habían ido en el viaje, la mayoría artesanos de diferentes oficios y los indios.

Además, los víveres escaseaban, salvo lo que pudiera conseguirse de los indios, que era poco, ya que estos tenían una economía muy precaria, de subsistencia, sin capacidad de almacenar reservas. Colón había racionado los alimentos que habían llegado en los buques para que no se derrocharan.

Y las enfermedades tropicales hacían mella en los españoles. Y en cuanto al oro, no había la abundancia que Colón había dejado entrever. Los indígenas habían recolectado algo de oro pero no mucho, porque no le daban mayor importancia. Y en aquella zona de La Isabela no se encontraba más oro que el que esos indígenas entregaban a los españoles a cambio de mercaderías como adornos, herramientas y ropa.

Los hidalgos, con su mentalidad de nobles feudales, llevaban mal las órdenes de Colón de arrimar el hombro. Comenzaron a enviar quejas a los Reyes de España sobre lo que consideraban despotismo de Colón y desprecio hacia su hidalguía. Ello alimentó la insidia de otros nobles en España que envidiaban lo que consideraban un trato de favor exagerado hacia el navegante por parte de los Reyes.

Colón comenzó a tener muchos enemigos entre una amplia capa de la hidalguía española lo que posteriormente le daría muchos quebraderos de cabeza. 



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