Bodas lujuriosas en el Caribe-Enigmas de Colón
Otros enigmas de Colón
Este podría ser el verdadero rostro de Cristóbal Colón. Hecho por un copista sobre un pergamino que era copia de un documento que el navegante le había encargado.

Hay muchos cuadros de Colón pero todos fueron pintados después de su fallecimiento y son recreaciones de los pintores, basándose en las descripciones que cronistas de la época hicieron de su aspecto físico:

Para saber más, pulsar el enlace: ROSTRO DE COLÓN
Esta podria ser la primera isla visitada (pisada) por Cristóbal Colón. Aunque no hay certeza absoluta, por las descripciones que hace el Almirante en su Diario de a bordo, parece que es la que más encaja, dentro de las Islas de las Bahamas. 

En ella fue recibido por una tribu de indígenas taínos. Los taínos mostraron su temor a Colón desde el principio por la existencia de indios Caribes, que eran caníbales. Pero Colón minusvaloró esa amenaza.

Para saber más, pulsar en: PRIMERA ISLA VISITADA POR COLÓN

Bodas lujuriosas en el Caribe


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Las bodas lujuriosas  en el Caribe entre indígenas dejaban atónitos a los españoles. Un cronista de la época de Colón, Fernández de Oviedo, cuenta su obra Historia General de las Indias como era una de aquellas bodas: “Cuando se casan los indios, el día del festejo, la novia copula con todos los hombres que asisten al evento y que vienen por la parte del novio. Si el novio que se casa es un Cacique, entonces montan a la novia todos los demás Caciques asistentes. Si es un hombre importante, la fornican todos los demás hombres importantes. Y si es un plebeyo el novio, la novia es trajinada por todos los plebeyos. Y cuando han acabado de trajinarla todos, la novia aparece de pie, con el brazo en alto, agitando el puño, y gritando ¡manicato, manicato!, que significa ¡fuerza, fuerza!, loándose de lo valerosa que ella es y que vale mucho”.

O sea, todo lo contrario de lo que se estilaba en España, donde se suponía que la novia llegaría virgen al lecho nupcial. Allí, en el Caribe, no sólo es que todos se pasaban por la piedra a la novia, es que ya llegaba al evento muy pasada. Porque entre otras cosas, las mujeres indígenas no eran más que propiedad de los varones, trabajando para ellos, teniendo hijos o satisfaciendo su lujuria. Incluso eran piezas en los intercambios comerciales, eso cuando no eran directamente esclavas. 

Por otra parte, hay que tener en cuenta que si se trataba de un Cacique, este podía tener hasta veinte mujeres. Es decir, que había bodas de Cacique con cierta frecuencia y el resto de  Caciques acudían a holgar cada vez. 


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