El lugar del naufragio de Cristóbal Colón después de su primer cruce del Oceáno Atlántico fue al norte de lo que él llamo Isla Española. Actualmente son dos países diferentes, Haití y Santo Domingo. Fue al norte de Haití, cerca de la frontera actual con Santo Domingo. La Nao Santa María encalló en un banco de arena cuando había marea alta. Quedó atrapada allí.
Como se cuenta en el libro de Oro y Lujuria en Fuerte Navidad, allí acabó prácticamente el viaje de exploración que estaba llevando a cabo Colón por la zona. Sólo le quedaba una carabela en ese momento ya que la otra había desertado por su cuenta, al mando del mayor de los hermanos Pinzón. Después se encontrarían, cuando esa carabela desertora, La Pinta, regresase.
Pero en ese momento, Colón pensó con buen criterio que no podía arriesgarse a seguir explorando ya que se exponía a perder la única carabela con la que contaba y no podría regresar a España para dar la noticia de que había cruzado el Atlántico. El Almirante contaría pestes del hermano mayor de los Pinzón y su traición al irse por su cuenta a explorar. Incluso pensó tomar medidas legales contra él al regreso a España pero Pinzón falleció a los pocos días del regreso. No cabe duda de que esa deserción fue un asunto muy grave.
Fue una casualidad el que hizo que la historia se desarrollara después como lo hizo. Colón no tenía previsto establecer ningún campamento en tierra, sólo explorar. Mandó construir el famoso Fuerte Navidad con la madera de la nao Santa María para dejar allí 39 hombres que no podía acomodar en la carabela. Y la isla Española se convirtió así en el lugar de recalada de los sucesivos viajes del Almirante.
Colón quiso ser optimista y dijo que esa desgracia del naufragio era una prueba divina de que debía tomar esa isla como asentamiento base para sucesivas expediciones. No fue una buena elección como se pudo comprobar con los sucesos que después ocurrieron. Fue el azar lo que le llevó a centrarse en esa Isla Española.
Probablemente hubiera llegado a Cuba o incluso a Florida de no haber sufrido el percance. El afán del navegante era encontrar a gente de la corte del Gran Kan, el emperador de China, que él estimaba debía estar cerca. Su convencimiento era el de haber llegado a Asia. Llevaba encima una carta de los Reyes de España, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón para el emperador Chino invitando a establecer lazos comerciales.
Las especias de oriente que llegaban escasamente por tierra a Europa, eran muy apreciadas y tenían precios superiores a los del oro. En Europa se decía que esas especias venían de Las Indias, de ahí que los españoles llamasen así a esas tierras y a sus habitantes indios.
Le extrañaba ver gente casi desnuda en aquellas islas y con tan poco recursos, (estaban casi en la edad de la piedra) cuando Marco Polo había descrito una gran civilización china con ciudades y ejércitos. Pero en su empecinamiento con que aquello era Asia el gran navegante lo achacó a que deberían ser los territorios más alejados y abandonados de la mano del gran emperador.
La mar estaba tranquila, debían haber comido opiparamente porque era el día de Navidad, 25 de Diciembre de 1492 y se retiraron a dormir. Pero con la imprudencia de no anclar la nao al anochecer estando como estaban cerca de la costa y sabiendo que había bajos arenosos.
Normalmente notaban en la oscuridad que se acercaban a un bajo por el ruido del agua pero había que ser muy experto para ello. Y el oficial de guardia dejó al mando del timón a un grumete con poca experiencia que no pudo evitar quedar encallado.
Fue una catástrofe sin paliativos el perder la Nao. Le obligó a adelantar el regreso cruzando el Atlántico en pleno invierno lo que le condujo a tener que sortear una tormenta tremenda que casi le hunde antes de llegar a la Isla de Azores.
Actualmente se han hecho intentos de localizar posibles restos del navío. El submarinista Clifford dijo en Mayo haber encontrado piedras de lastre del tipo que usaban los buques españoles en la zona donde naufragó la Santa María.
Pero hay expertos que consideran poco probable que los restos se hallen en el mar. Durante los cinco siglos transcurridos se han ido acumulando sedimentos a lo largo de la costa y probablemente el lugar del naufragio esté ahora en tierra. Habría que excavar en el terreno para ver de encontrar restos de las maderas de roble que quedasen de la nao Santa María.
Se han encontrado restos del Fuerte Navidad y del poblado de los indígenas taínos que confraternizaron con Colón cuando este naufragó. Incluso se encontró en el siglo XIX un ancla enterrada en la arena que se estima es la de la Nao, dejada allí por Colón al no poder transportarla en la carabela.
Sin duda esa zona podría ser un objetivo turístico de primera magnitud al ser el primer asentamiento Europeo después de la primera travesía del Atlántico, que abriría las rutas de navegación en oceáno abierto, algo que hasta entonces no se había hecho. Quizás no se ha explotado ese tema adecuadamente dada la inestabilidad política y económica que ha sufrido Haití a lo largo de la Historia.
En la imagen se ve el círculo donde está la zona del naufragio de Cristóbal Colón.
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